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El descanso es fundamental para el desarrollo físico y emocional de los bebés pero las altas temperaturas, la humedad y los cambios en la rutina pueden afectar seriamente su calidad del sueño. Entonces, nos surge la pregunta del millón: ¿cómo debe dormir un bebé en verano? 

A diferencia de los adultos, los bebés no pueden regular su temperatura corporal con la misma facilidad. Por eso, corren más riesgo de deshidratarse o sobrecalentarse si no se toman ciertas precauciones. Además, como no pueden decir si tienen frío o calor, los adultos debemos estar atentos a sus señales y tratar de vestirlos con la ropa adecuada además de mantener una temperatura agradable en la habitación

Una noche calurosa puede traducirse en un bebé irritable, que se despierta continuamente o que no logra conciliar el sueño con facilidad. En muchos casos, los bebés sudan y lloran más. Afortunadamente, siguiendo unas pautas sencillas se puede crear un entorno más cómodo para ayudarles a dormir mejor, incluso durante los días más calurosos del verano.

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Cómo vestir a un recién nacido en verano

La clave está en no abrigarlos de más, pero tampoco dejarlos completamente expuestos. Durante el verano, lo mejor es elegir ropa ligera, de tejidos naturales como el algodón, que permitan que la piel respire y que absorban el sudor. Un body de manga corta o incluso solo un pañal puede ser suficiente si hace mucho calor.

A veces, por miedo a que el bebé se enfríe, se tiende a cubrirlo con mantas o a ponerle varias capas de ropa, pero eso puede ser contraproducente. Lo ideal es observar cómo reacciona: si suda, si su nuca está caliente, si se muestra incómodo o llora sin razón aparente. En esas situaciones, menos es más. Los sacos de dormir de verano, que son finos y transpirables, pueden ser una buena opción para cubrirlo sin riesgo de que le dé un golpe de calor.

Si tu bebé se despierta a menudo, prueba con una prenda más ligera. También conviene evitar tejidos sintéticos, tanto en la ropa como en las sábanas, ya que retienen el calor y pueden provocar más sudoración.

¿Qué temperatura debe tener la habitación de un bebé?

Otro aspecto fundamental para asegurar un buen descanso en verano es controlar la temperatura del dormitorio. La temperatura ideal para que un bebé duerma cómodamente está entre los 20 °C y los 22 °C. Sin embargo, durante los días más calurosos puede ser difícil mantener esa cifra sin recurrir a ventiladores o al aire acondicionado.

En esos casos, pon el aire acondicionado de forma responsable, asegurándote de que no le dé directamente al bebé y de que la habitación no se enfríe en exceso. También puedes recurrir a ventiladores de techo o de pie que mantengan el aire en movimiento. Ventilar la casa por la mañana temprano y bajar las persianas durante las horas de mayor calor también ayuda a conservar una temperatura interior más estable.Otra recomendación útil es colocar un termómetro ambiental en la habitación para saber con precisión la temperatura interior. A veces la sensación térmica puede engañar. Además, mantener la habitación en penumbra también favorece la sensación de frescor y ayuda a que el bebé asocie ese espacio con el momento de dormir.

¿A qué hora debe dormir un bebé de 1 año?

Aunque cada bebé es diferente y tiene su propio ritmo, alrededor del primer año la mayoría empieza a establecer un horario de sueño. Por lo general, un bebé de 1 año necesita dormir entre 11 y 14 horas al día, contando las siestas. Lo más habitual es que por la noche duerma unas 10 o 12 horas seguidas, con una o dos siestas durante el día, dependiendo de su nivel de actividad.

En verano, con los días más largos y la luz del sol presente hasta tarde, es fácil que los horarios se desordenen. Sin embargo, mantener la rutina es fundamental. Lo ideal es que el bebé se acueste entre las 19:30 y las 21:00 h, según su ritmo y necesidades. Pon en práctica una rutina relajante antes de dormir, como un baño fresco, un masaje suave o un cuento en voz baja. Así ayudas a preparar su cuerpo y mente para el descanso, incluso si aún hay claridad afuera.

Es importante también no caer en la tentación de acostarlo mucho más tarde pensando que así dormirá mejor. Los bebés que se van a la cama demasiado cansados suelen tener un sueño más inquieto y despertarse con mayor frecuencia. Aunque el verano invite a estar despiertos más tiempo, respetar sus horarios de sueño es clave para que se mantenga despierto y de buen humor durante el día.